Hace unos días, no sé porque, en una conversación con mi profe de fotografía y mi compañero de clases, puse sobre la mesa el tema de la película Sonidos de Libertad y les sugería ir a verla y que buscarán cómo adquirirla para compartir con los menores que por la restricción de edad +15 años aún no pueden verla (no entiendo porque no a partir de +10…).
La profe nos compartió de una situación vivida en el centro de la ciudad, de cómo rescató a un niño de las garras de los que se dedican a raptarlos con diferentes fines y fue realmente explosivo su relato.
Pero lo que me toteo la cabeza, es que vino a mi mente algo que me paso cuando tenía 10 años y que creía olvidado; YO TAMBIÉN FUI VICTIMA de intento de rapto por parte de un homosexual que me tomó por sorpresa por la espalda y gritaba mientras corría “mío, mío, mío”. Por fortuna apareció motivado por mis gritos un amigo (de la familia), muy corpulento que lo golpeó y logró que me soltara. Lloré, lloré y lloré … no se imaginan lo bravo que es eso.
Después, cuando tenía 15 años (creo), fui víctima de un intento de secuestro por parte de un personaje que con engaños me llevó hasta su residencia y allí me retuvo. Pero OJO los engaños se le facilitaron en ese momento por mi enganche con el alcohol y alucinógenos; expectativas de otros que hacemos propias y que nos convierten en víctimas de adicciones, además de muy vulnerables a ser manipulados.
Logré salir en un descuido de la residencia del este personaje, pero que susto tan tenaz.
Las emociones que acompañaban esas memorias están gestionadas gracias al trabajo en conjunto con la sabiduría y logré dejar atrás, siendo muy joven, la tentación por los alucinógenos; logré superar mi mala relación con el alcohol … logré soltar esas cadenas. (si quieres saber cómo escríbeme a mí correo).
Volviendo a lo que motiva el texto, si existen LOS SONIDOS DE LIBERTAD … si es real y MUY REAL que existen personajes que se dedican a raptar personas con diferentes fines. Si es verdad que allá afuera hay gente mala, que no sabemos cuáles son sus motivaciones pero que son malas y tenemos que cuidar a nuestros niños de ellos y protegerlos con buen ejemplo, para que formen su propia historia, pero, a partir de “lo bueno” y en el camino decidirán qué es lo bueno para ellos.
Les recomiendo la película y les pido que apoyemos el propósito de sus creadores de ser multiplicadores de su contenido.
Soy Luis Alfonso Arcila Vargas, luchocoach, una persona tan común y corriente como Tú, comprometido con compartir para DESPERTAR consciencia en todos los que estén interesados.